Elementos de apoyo permanente
Por: René García Fuentealba – Jaime Campos Canessa
Colaboración Franco Salinas González D.V. O´Higgins
1. Introducción
Existe un tipo de elementos de señalización que son utilizados en los caminos como apoyo o refuerzo a las señales y dispositivos tradicionales, los cuales contribuyen a mejorar las condiciones de seguridad para los diferentes tipos de usuarios de las vías. Son los denominados llamados “Elementos de Apoyo Permanente”, entre los cuales destacan y son de uso frecuente, los Delineadores Verticales, Delineadores Direccionales e Hitos de Arista.
Estos elementos se emplean para reforzar los mensajes entregados por la señalización vertical y horizontal, además de destacar las características geométricas restrictivas de una vía para así alertar al usuario respecto de singularidades que involucran riesgo durante la conducción.
Por lo tanto, al igual que las señales verticales, estos elementos tienen por objetivo guiar y advertir al usuario en la conducción, en aspectos tales como los bordes de la plataforma de un camino, obstáculos laterales o el contorno y dirección de una curva cuya geometría imponga una restricción en la velocidad de circulación, en especial durante la noche o en condiciones de escasa visibilidad como por ejemplo en presencia de niebla o lluvia.
2. Objetivo
La presente publicación tiene por objetivo entregar una descripción de estos elementos, presentar sus usos específicos y buenas prácticas, además de dar a conocer algunas modificaciones que aparecerán en futuras versiones del Manual de Carreteras.
3.Delineador Vertical
Los delineadores verticales tienen como propósito advertir y guiar al usuario de cualquier singularidad que se presente al lado derecho o izquierdo de la plataforma, que pudiera significar algún riesgo en su conducción, cómo por ejemplo la presencia de postes de alumbrado público, obras de arte o desniveles. No obstante, se debe tener presente que al momento de diseñar nuevos caminos se debe considerar el concepto de zona despejada, el cual dependiendo de la velocidad de proyecto, entrega parámetros claros de la distancia lateral mínima al camino a la que se deben encontrar dichos elementos, considerados como obstáculos.
Lo expuesto en el párrafo anterior tiene como respaldo teórico el procedimiento denominado “Procedimiento de Atención del Riesgo” descrito en el Numeral 6.502.502 del Volumen 6 de Manual de Carreteras, que considera jerárquicamente al menos las siguientes instancias:
a) Intentar eliminar el objeto fijo o la situación peligrosa detectada.
b) Desplazar la situación riesgosa más allá del límite de la zona despejada
c) Modificar el elemento, minimizando así su peligrosidad. (Utilizar estructuras colapsables).
d) En casos especiales, como por ejemplo; árboles, postaciones, etc., ubicados en forma continua por tramos largos en el interior de la zona despejada, en vez de instalar barreras, se deberán evaluar diversas alternativas de solución, como entre otras, reducir la velocidad de operación, mediante los mecanismos indicados en la Sección 6.904 de este Volumen.
e) De no poder materializar cualquiera de las opciones anteriores, el proyectista tendrá que seleccionar un sistema de contención para proteger a los usuarios del peligro.
g) Excepcionalmente, cuando no se pueda aplicar ninguna de las acciones indicadas en las instancias previas de esta secuencia, o si se puede documentar que el peligro de chocar contra una barrera es igual o mayor que impactar con el objeto fijo, se deberá delinear y destacar claramente el objeto o la zona de riesgo, asegurando que el conductor pueda visualizarlo a una distancia adecuada.
En este último punto de la gestión de riesgo es donde cobra relevancia el delineador vertical, en especial en caminos en operación que dada la data de su diseño hace complejo aplicar los primeros 6 puntos del procedimiento.
Ejemplo de esto es la postación eléctrica, obras de arte y elementos de saneamiento tales como fosos y canales, los que habitualmente cuentan con una serie de accesos a viviendas y que por su característica continua a través del camino hace ya sea técnica y/o económicamente inviable el hecho de considerar sistemas de contención vehicular para escudar estos riesgos.
Los delineadores verticales se pueden instalar también cuando el camino, a pesar de contar con una adecuada geometría, presente condiciones de peligro para la conducción, tales como terraplenes de mediana altura en trazados rectos, terminales abatidos de barrera, o zonas donde la visibilidad es reducida por condiciones climáticas.
En general se proyectan con dos caras, de tal forma que sean vistos en los dos sentidos de tránsito, es decir, posee disposiciones diferentes dependiendo del costado de la vía en que se emplace (izquierdo o derecho).
Habitualmente son fabricados de planchas metálicas galvanizadas, y cada placa se instala en un poste independiente. Por otra parte, las fijaciones entre poste y placa son mediante pernos y golillas, o a través de soldadura continua.
La industria de los materiales para señalización hoy nos ofrece nuevas alternativas como por ejemplo placas de aluminio compuesto y cintas de doble contacto como sistema de fijación, lo que permite colocar dos placas en un solo poste. Por otra parte el aluminio compuesto es un material muy liviano, esta es una ventaja importante ya que se pueden trasladar mayor número de placas en comparación con planchas metálicas tradicionales, además son fáciles de manipular por lo tanto se ahorra en tiempo de instalación.
Otro avance en lo que respecta a la gráfica es que la superficie retrorreflectante de los delineadores verticales se puede fabricar mediante impresión digital, lo que permite que los ángulos de la figura sean correctos y se puedan replicar de manera idéntica.
Una iniciativa que se ha está desarrollado de manera experimental, es delinear los postes de las barreras metálicas, lo que permite mejorar la visibilidad de la condición de borde restrictiva; esto complementa al captafaro de la barrera. La fotografía N°5 ejemplifica esta iniciativa. Su disposición es similar a los delineadores verticales, pero con la combinación de colores amarillo/negro.
4. Delineador Direccional
Para maximizar los niveles de seguridad vial, las condiciones del camino deben ser fácilmente previsibles para los usuarios de la vía. En particular, es deseable que los conductores no sean sorprendidos por una curva cerrada al final de una recta larga, o por una curva mucho más exigente que las inmediatamente anteriores; según este criterio, el ideal es que las curvas de un camino sean predecibles y homogéneas. En la práctica, a veces no se logra este ideal de homogeneidad y algunas curvas son más ‘cerradas’ que las precedentes. Bajo estas condiciones, se requiere implementar medidas específicas para reducir el riesgo de salida de vía.
Los delineadores direccionales tienen como propósito guiar al usuario en la conducción por una curva restringida con respecto a la geometría imperante en un tramo de vía.
También se utilizan en aquellas curvas, cuya relación radio – desarrollo o pendiente de acceso, motive una conducción forzada, a pesar que el radio de la curva sea mayor o corresponda con aquel que establece la velocidad señalizada para el tramo donde se ubica la curva.
Existen delineadores direccionales simples y dobles; su uso depende de la resticción de velocidad de circulación que la curva imponga.
En general se instalan de a pares lo que permite mostrar la geometría de la curva para los dos sentidos de tránsito. Se deben instalar por el borde exterior de la curva y con un mínimo de tres para cada flujo vehicular.
A través del tiempo se ha observado que este elemento es un aporte a la seguridad de la ruta, permitiendo a los conductores entender y anticipar de forma clara la geometría del camino.
Es por esto que con el objetivo de aumentar su visibilidad, el Departamento de Seguridad Vial de la Dirección de Vialidad está proponiendo cambios en las características de estos elementos; en específico se puede mencionar:
– Aumentar el tamaño de la placa, lo que mejora la visibilidad a distancia mediante la inclusión de la Tabla 6.305.801.A del Volumen 6 del Manual de Carreteras.
– Su color de fondo puede ser amarillo o amarillo limón, buscando mejorar la visibilidad en condiciones climáticas adversas tales como niebla, y también de día y de noche.
– Cambiar la altura de su placa de 0,75 m a 1,5 m. Esta medida es recomendable principalmente en caso de curvas horizontales combinadas con curvas verticales cóncavas, donde se pierde la visibilidad del camino. Al instalar un delineador más alto permite que siempre estén a la vista los delineadores marcando claramente el desarrollo de la curva.
Al respecto, la industria de la señalización ha experimentado con ciertas mejoras tecnológicas de los delineadores direccionales. Ejemplo de ello es el Delineador Direccional Led, el cual cuenta con luces destellantes que se alimentan de luz solar, en general destaca por su aporte en visibilidad nocturna. No obstante, dado lo complejo de la mantención de las placas solares, no siempre es posible asegurar su operatividad a través del tiempo.
5. Hito de Arista
Su principal objetivo es delinear los bordes de la plataforma de un camino bidireccional, durante la noche o en condiciones de escasa visibilidad, mediante un elemento retrorreflectante en la parte superior de la cara que ven los conductores. También presta este servicio durante el día debido a sus colores.
Una de las grandes diferencias del Hito de Arista con respecto a los primeros elementos de apoyo mencionados (delineador vertical y direccional), es su materialidad. Los hitos de arista son unos postes de policloruro de vinilo (PVC) rígido, dotados de elementos retrorreflectantes, que se instalan verticalmente en el margen de la plataforma de la carretera con el objetivo de guiar a los conductores de vehículos en condiciones de visibilidad deficiente (noche, lluvia, niebla, etc.). La altura del hito de arista sobre el pavimento debe ser de al menos 1,0 m. Son de color blanco y poseen una banda negra que permite el contraste necesario para ser vistos en condiciones diurnas.
Estos hitos están dotados con un elemento retrorreflectante en la parte superior de cada cara, de colores blanco y amarillo. La cara con el retrorreflectante blanco se instala al lado derecho de la plataforma (enfrentando a los vehículos), quedando la cara con el retrorreflectante amarillo como guía para el lado izquierdo del camino de los vehículos en sentido contrario.
Longitudinalmente, estos hitos de arista se pueden instalar cada 50 m, excepto en aquellos tramos rectos demarcados con línea de eje discontinua que tenga una longitud mayor o igual a 300 m, donde se dispondrán cada 100 m. En curvas amplias de gran desarrollo, que no cuenten con barreras de contención o delineadores direccionales, se pueden instalar a distancias de 25 m.
Cabe destacar que este dispositivo se considera como una intervención de bajo costo y de rápida ejecución, por lo que los beneficios de la inversión comienzan a dar utilidad muy rápidamente.
Dada su materialidad, para que la inversión perdure en el tiempo, se deben reponer los Hitos de arista dañados, mantener las láminas retrorreflectantes y limpiarlos con cierta periodicidad.
6. Conclusiones
La importancia de los elementos de apoyo en ningún caso es menor a la de la señalización vertical y horizontal habitual. Por lo tanto, sus aspectos tales como su visibilidad, emplazamiento, credibilidad, oportunidad, conservación, entre otros, deben ser abordados con igual profundidad y detalle que cualquier dispositivo de seguridad vial de la infraestructura.
No obstante lo anterior, se debe resaltar el carácter complementario de los elementos descritos, lo que implica que en ningún caso éstos pueden ser utilizados para reemplazar la señalización vertical definida en las normativas vigentes del país.
Uno de los aspectos más críticos de los elementos de apoyo es el mantenimiento de los mismos. Debido a su baja altura, son más propensos a ensuciarse más fácilmente, o a sufrir vandalismo. Ante este escenario, se debe prestar especial atención a la inspección visual de delineadores verticales, delineadores direccionales e hitos de arista, sobre todo en condiciones de baja visibilidad, para revisar periódicamente su desempeño.
No se debe asociar la utilización de elementos de apoyo a solo sectores de riesgo en una ruta. Dada su relevancia en la seguridad de la circulación del tránsito, su aplicación debería ser una constante a lo largo de la vía, más que una aplicación aislada asociada a riesgos de siniestros de tránsito. De esta manera el usuario motorizado podrá comprender de mejor forma el trazado de una vía, tomando la atención necesaria para cada situación dada.